Época: Imperio Asirio
Inicio: Año 1000 A. C.
Fin: Año 612 D.C.

Antecedente:
Los relieves neoasirios

(C) Federico Lara Peinado



Comentario

Gran importancia histórica y artística tiene el relieve que recorre a modo de friso continuo el pedestal o podio de caliza que sostuvo en su día el trono de Salmanasar III (858-824) existente en el Ekal Masharti de Kalkhu. Sin lugar a dudas, el más acabado de todos es el frontal (25 cm de altura; Museo de Iraq) que representa la conclusión del tratado de paz del año 850 entre el rey asirio y el rey babilonio, protegido suyo, Mardukzakir-shumi, a quien el primero había repuesto en el trono de Babilonia. Ambos monarcas, que aparecen como iguales, acompañados de sus dignatarios, están dándose un apretón de manos, escena verdaderamente novedosa en toda la historia del arte mesopotámico. Los textos que complementan las escenas aluden a los principales hechos de los primeros trece años del reinado del monarca asirio, conocidos por otras fuentes.
Salmanasar III utilizó también en una ocasión -imitando a su padre Assurnasirpal II- el obelisco en vez de las estelas, para narrar con relieves figurados y adecuados textos sus empresas militares, que completaban las que poco antes había hecho figurar en las magníficas Puertas de bronce en un templo de Imgur-Enlil (hoy Balawat).

El Obelisco negro (2,02 m; Museo Británico), llamado popularmente así por el color de su alabastro, presenta sobre cada uno de sus cuatro lados cinco recuadros en relieve (en total suman 20) con la representación de las escenas de vasallaje de diversos reyes y Estados sometidos y la entrega de los obligados tributos (barras de metal, marfil, madera, objetos manufacturados y animales domésticos o salvajes, entre otros). La lectura de los recuadros debe hacerse en sentido horizontal y desde arriba abajo, abarcándose así cinco argumentos: el tributo de los habitantes de Guilzanu; el del israelita Jehú, de la Casa de Omri; el del país de Musri; el de Marduk-apilusur, príncipe del país de Sukhu; y, finalmente, el tributo de Qarparunda, príncipe del país de Khattin.

Las cinco secuencias van acompañadas de un breve texto explicativo que las identifica perfectamente. La parte superior del obelisco, en forma de torre escalonada, y los frontis de las caras por su parte inferior están cubiertos con el relato de las campañas de los primeros treinta y un años del rey.

Esta magnífica pieza, tallada en un bajorrelieve muy plano y sobria en detalles secundarios, fue situada en una de las grandes Salas de audiencia del palacio de Kalkhu, sirviendo de propaganda y autoelogio del rey.